A Cuba no se va a trabajar

A Cuba se va por placer, a conocer, a gozarse las playas, a beber, a bailar, a andar con cubanos.

Fui a Cuba en enero de 2014 pos cuestión de trabajo. La verdad no puedo quejarme de la atención, de lo poco que pude conocer, de lo hermoso de esta isla.

Ese viaje me dejó picado, con ganas de más, con ganas de recorrer todo, de ir a Varadero. Trabajando no podía tomar alcohol, ni ir a donde se me antojara para probar lo que quisiera.

Tengo un amigo al que le pasó lo mismo, fue por trabajo y tuvo que volver, meses después, obligado por las ganas de meterse a fondo en la sociedad cubana. Regresó de su viaje con la idea de pasar sus últimos días en ese paraíso del Caribe.

En mi corta estadía, creo que unos cinco días, estuve internado casi todo el tiempo. Sin embargo, logré conocer algunos lugares como la Fortaleza de San Carlos, la Habana Vieja, la Plaza de la Revolución, la heladería Coppelia y el Malecón habanero.

Pero insisto, quedé con ganas de volver.

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