A la gente tóxica es mejor tenerla lejos

Hace algunos años leí por primera vez, creo que en facebook, el término “gente tóxica”. No abrí el contenido.

Luego me tropecé con algunos libros que también decían lo mismo “gente tóxica”, tampoco los compré ni los leí porque odio todo lo relacionado al autoayuda.

Sin embargo, desde hace algún tiempo acuñé la definición de “gente tóxica”, no sé si con el mismo sentido que estaba en esos libros o en el artículo publicado en facebook. Comencé a usarlo porque llegaron personas a mi vida un poco envenenadas o con ganas de envenenar.

¿Cómo identificar a la gente tóxica?

Lo que escribo en adelante es desde mi percepción y la experiencia que he tenido con este tipo de personas.

1.- Son egocéntricos. Sus conversaciones se concentran en “yo”, “yo” y “yo”.

2.- No saben escuchar.

3.- Cuando tienen problemas están ahí, contándotelos, con un show impresionante, como si de eso depende su vida.

4.- Cuando tú tienes problemas, ellos (los tóxicos) se alejan. Alegan que no les gusta meterse.

5.- En el trabajo, buscan la constante aprobación del jefe o cualquier otro superior o de su mismo cargo para todo. Pretenden hacer más de lo que les corresponde (muchas veces les sale mal) y se ríen de absolutamente todos los chistes (unos más malos que otros) de sus superiores.

6.- Esperan todo de ti.

7.- Cuando encuentran la solución a algo que todos estaban buscando, no se alegra por el grupo, más bien saca en cara lo que hizo.

8.- Se presentan súper tranquilos, respetuosos, pero van sacando sus garras en el camino.

9.- No se alegran por los triunfos de los demás, eso les da envidia (aunque no lo expresen).

10.- En colaboración. El tóxico que colabora lo saca en cara, debe ser reconocida su ayuda de inmediato y ante todos. Otros simplemente no colaboran, esperan la ayuda de otros.

11.- Generalmente pasan su día quejándose de todo.

Experiencia personal

Las veces que he vivido en el exterior es cuando más he experimentado esto de tener gente tóxica cerca. Aunque obviamente están en todas partes.

Uno de los últimos casos me sucedió al llegar a una nueva ciudad. Me uní a un grupo ya conformado, en total éramos como ocho personas.

Me invitaron a una reunión de amigos, llegué a la hora señalada, ya estaban algunos de ellos, me presentaron y comencé a ayudar en lo que hacían para comer. Estuvimos un rato en eso.

Unos minutos después llegó otra persona. Pasó a ser el centro de atención, no porque tuviera algo interesante, sino por su tono de voz, la exageración desagradable de lo que decía, era obligado escucharlo. El resto de la reunión transcurrió de esa manera.

Todo el grupo, o casi todo, estaba en búsqueda de empleo. En estas reuniones comentábamos como íbamos. Un día nos enteramos que esta persona consiguió trabajo, nunca supimos de su proceso para ingresar a esa empresa. Cuando ya estaba instalado nos escribió para vendernos algo y ganar comisión. A ninguno le comunicó previamente de ese reclutamiento en marcha.

Antes de conseguir trabajo, esa persona se acercaba a la hora del almuerzo a casa de otros amigos, porque no tenía dinero y para consumir su WiFi. No era sincero hacia nosotros sobre su situación, pero si buscaba aprovecharse de los demás. A estos compañeros tampoco les dijo sobre su proceso laboral y tras comenzar en su empleo se alejó (claro, ya no los necesitaba).

Afortunadamente, esta persona se retiró del grupo por su cuenta.

Atención

Es bueno identificar estas personas a tiempo.

Aclaro, no estoy negado a ayudar a los demás, lo hago constantemente, es uno de los principios aprendidos por mi madre y mi padre; y siempre he considerado que es mejor dar que recibir.

Sin embargo, estas personas no se dejan ayudar. Un consejo es para ellos un rechazo, un reclamo o un insulto. Cuando se les dicen las cosas de frente se alejan, prefieren continuar con su comportamiento erróneo.

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