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Cuenca la bonita

  • Edgar Romero
  • 22 ene 2016
  • 2 Min. de lectura

Foto Arnaud Voyage - Flickr

De las pocas ciudades que he tenido el placer de visitar en Ecuador, Cuenca, en la provincia de Azuay, al sur del país, es la que me ha parecido más bonita hasta ahora.

Esta urbe, cuyo nombre oficial es Santa Ana de los Cuatro Ríos de Cuenca, es limpia, está cuidada, con un clima espectacular.

Alguien me dijo “Cuenca es bonita, los cuencanos no”, en relación al carácter de los personas de esa ciudad, no su físico. Sin embargo me encontré con gente amable y servicial.

Fui a esta ciudad por razones laborales, bueno porque participaba en un proceso de reclutamiento para ingresar a un empleo.

Como vivo en Quito, me tocó tomar un autobús para trasladarme hasta allá, se puede hacer en avión pero es mucho más caro. El bus se agarra en la terminal de Quitumbe, al sur de la capital ecuatoriana. El precio del pasaje es de $11 y el trayecto es de aproximadamente nueve horas, por lo que es conveniente viajar de noche, para dormir durante todo el camino.

Como mi estadía era corta, solo pude conocer un par de cosas. Pero lo que vi me gustó mucho.

El centro histórico está bien cuidado. Con la plaza principal de la ciudad y varias iglesias, como la Santo Domingo, San Francisco, de la Virgen de Bronce y de San Sebastián; así como las catedrales Nueva y vieja.

Caminando por esa zona, me topé con el río que atraviesa la ciudad, con el agua limpia (fue lo que más me impresionó).

Pude conocer también el Parque de la Madre, donde se encuentra el Planetario (no pude acceder porque estaba cerrado).

Subí también al Mercado 10 de Agosto, donde venden de todo un poco, principalmente verduras y hortalizas frescas.

Foto Guillermo Pulla - Flickr

Algo que me impresionó fue el Colegio Nacional Experimental "Benigno Malo", un majestuoso edificio antiguo que se impone en una de las principales avenidas de la ciudad.

Lo que si pude observar es que la ciudad es un poco más cara que otras en Ecuador. De acuerdo a los comentarios que me han hecho, se debe a que Cuenca, en los últimos años, se ha convertido en el lugar de morada de jubilados del primer mundo, a quienes les encanta la urbe y se vienen a ella porque la vida es más barata que en sus países de origen.

Si se me presenta la oportunidad, viviré en Cuenca.

 
 
 

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